Por Dr. Clemente Terrero
En estos procesos se levantan candidaturas que tienen un programa mínimo con diferentes tipos de propuestas de intención, de lo que quieren hacer si son favorecidos con el voto de la mayoría.
Unas elecciones se pueden perder por diferentes circunstancias, que muchas veces no dependen de la cualidad de los candidatos, sino de otros determinantes gremiales. Por eso, el que tiene miedo a perder, lo mejor es que no compita, porque puede quedar muy desilusionado.
Como se ha dicho siempre, en unas elecciones se puede ganar o se puede perder, el que no tiene claro esa lógica electoral, de antemano está perdido, puede sufrir una decepción si pierde, el que no está preparado para perder, mejor que no compita, porque lo ve como una catástrofe.
Los proyectos colectivos tienen grandes dificultades para desarrollarse, porque su misión es defender los intereses de todos; sin embargo, en esta sociedad a la gente le inculcan el individualismo y con esa estrategia nos dividen para dominarnos y someternos a su antojo, convertirnos en esclavos conscientes del sistema.
En un escenario electoral, las fuerzas sin principios tienen mucho poder mediático, sobre todo cuando los principios sin fuerzas están divididos y desorientados, agudizados por la incomprensión de los dirigentes.
Los que viven en esta sociedad se dan cuenta de que el poder tiene mecanismos de dominación que trabajan las necesidades de la gente para someterla a la obediencia, si no se suman a su proyecto de dominación.
La política gremial tiene principios que guían el accionar de los dirigentes de los movimientos, como: unidad, lealtad, firmeza, integridad, compromiso, solidaridad, transparencia y confianza, garantes de la unidad interna.
Muchas de las alianzas que se realizan en elecciones del colegio médico, se basan en intereses materiales, en la repartición de cargos remunerativos, son alianzas sin principios que dañan la imagen de los dirigentes y la confianza de las personas.
Los principios son la única garantía de los cambios en las instituciones. Abandonar los principios por un triunfo pasajero, no es ganar, es traición.
El dirigente que abandona los principios, se hunde para siempre, porque pierde su valor en la sociedad, y lo peor es que, la gente le pierde la confianza.
Ganar es no perder los principios.
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