Por José D. Sánchez
Hay amores que se mantienen suspendidos en el tiempo,
no envejecen ni crían pringue,
el frío,
no hace mella en su calor
y el calor,
un fenómeno,
que no altera su candor,
no les llega la vejez,
y el pelo,
nunca cambia de color,
no se arrugan,
no hay olvido,
solo recuerdos vividos,
aunque en la realidad
nunca hayan existido,
solo suspiros,
de lo que pudo haber sido.
No hay caricias
si pasión
y se guarda la ilusión
de que puede ser posible.
Ni la distancia ni el mar
logran borrar lo invisible.
Son escollos vulnerables
las uniones matrimoniales,
hay secretos envidiables
sin pruebas confidenciales
y el tálamo no sospecha
no tiene ideas razonables
ni constancias imaginables
de la verdad en su casa.
No hay arcano ni lejano,
ni tormentas o borrascas,
ni el tiempo ni la edad
ni el espacio sideral
podrá siquiera empañar
un Eros correspondido
en la mente,
en los sueños,
unos amores escondidos,
furtivos,
no realizados.
Sólo estarán suspendidos?
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