Por Chris Hedges
El premio Pulitzer explica los
convincentes argumentos que ponen en alerta a una sociedad que va perdiendo su
hegemonía.
Hay intelectuales estadounidenses
que vaticinan el ocaso del imperio de EEUU, y algunas de sus explicaciones dan
pie para plantearse reflexiones esenciales sobre de dónde venimos y a dónde
vamos en el mundo económico. Chris Hedges es un periodista norteamericano
galardonado con el reputado premio Pulitzer. Una de sus temáticas más
recurrentes en sus libros es que la actual
situación socioeconómica está dando
señales inequívocas de que estamos asistiendo al ocaso del imperio de Estados
Unidos.
Ilusionismo
Dentro de sus tesis principales se encuentra el cómo en aquel
país –dice- la política está decrépita y, por el contrario, el nacionalismo
xenófobo no para de ganar incondicionales adeptos. Desde hace años, Hedges está
obsesionado con lo que denomina "imperio del ilusionismo". En el
libro que publicó bajo este título, mostraba su preocupación por cómo, al igual
que cualquier otro imperio anterior, su país podría fracasar en algún momento
en el proceso de expansión; hoy en día está rotundamente convencido de que ya
está siendo así. A su juicio, la expansión más fallida podría haber sido
aquella en la que el capitalismo estadounidense se embarcó para absorber
económicamente a China, y puede que al final sea China la que se acabe
erigiendo en líder con su particular dicta-pitalismo.
Jinetes conocidos
En su
último libro, "La gira de la despedida", Hedges aborda con más
precisión esta supuesta degeneración socioeconómica y, de hecho, pone incluso
nombres a los que llama "los cuatro jinetes del apocalipsis" de la
supuesta caída del imperio de EEUU. Los títulos de sus correspondientes
capítulos no pueden estar más relacionados con algunas realidades de la América
más actual: "Decay" (por desindustrialización), "Heroina"
(por la epidemia de opiáceos), "Sadismo" (por los emporios
industriales de pornografía), y "Odio" (por el racismo).
Entre su
bagaje como periodista con dilatada experiencia profesional, Hedges ha sido
corresponsal de guerra durante casi tres décadas. Ello le vale la autoridad de
poder hablar con conocimiento de causa sobre los mecanismos sociales, psicológicos
y socioeconómicos implicados en el derrumbe socioeconómico, que prácticamente
siempre va aparejado a un conflicto armado.
Los caminos
Hedges saca pecho ante
obras de otros autores que, a su juicio, caen en un injustificado positivismo
con notas cándidas e inocentes. Según el analista, el gran público da una
complaciente bienvenida a este tipo de obras porque le tranquilizan, y porque
en el fondo suponen lo que tanto están deseando oír. Pero Hedges ha visto a
muchas sociedades sumergirse en las tinieblas más cruentas, y conoce
perfectamente el camino que siguen en su fatídico ‘descenso a los infiernos’.
Al parecer, ve ese camino en muchas de las encrucijadas que los Estados Unidos
actuales van tomando. Por cierto, Hedges se confiesa un keynesiano convencido y
se declara abiertamente enemigo de la ‘América corporativa’, porque, afirma,
con las multinacionales americanas el imperio estadounidense perdió casi por
completo su capacidad de control sobre el rumbo. Y no poder controlar el rumbo
supone no poder corregirlo cuando éste se pierde, extremo que ya debemos
admitir que es bastante probable que pueda estar ocurriendo en la América
actual. El hilo argumental que sigue Hedges cuando hace esta afirmación es que,
tanto EEUU como sus socios más capitalistas, ya no pueden conseguir que la
nación en su conjunto haga lo que su población quiere que haga.
Hedges habla de
desigualdad y ve amargamente cómo los ‘prime time’ estadounidenses son
frecuentados por estrellas porno y figuras mediáticas irrelevantes, lo cual supone
un auténtico espectáculo de entretenimiento de masas.
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