8 de marzo de 2015

EXPRESIONES

Ni racismo ni xenofobia
Por Tomás Aquino Méndez
De rodillas, sí. Así parece que muchos, aquí y fuera de aquí, quieren que se ponga este país. No hay decisión que tome el gobierno que no reciba críticas y cuestionamientos de algunas personalidades y pequeños núcleos locales.
Por primera vez un gobierno trata de regularizar la presencia extranjera. Esa decisión ha causado roncha en sectores externos e internos ¿Cuál es la razón?  No
parece tener sentido, a no ser intereses particulares y beneficios personales. Se da un plazo, este se vence y de forma sensata el gobierno lo extiende. Las facilidades que han dado las autoridades dominicanas no han encontrado respuesta en el otro lado de la frontera.
La Junta Agroempresarial lo dijo claro el pasado viernes. Osmar Benitez aseguró que las autoridades haitianas se han convertido en una “retranca”. Aunque los empresarios locales, que usan mano de obra haitiana, han llenado los requisitos y encontrado facilidades de este lado, los haitianos retienen los documentos y no dan un solo paso adelante. Aquí, los que se definen pro haitianos, sólo se limitan a criticar, pero no  hacen nada para ayudar a que los extranjeros cumplan ese mandato.
Gastan recursos y energía criticando y publicando espacios para acabar la decisión, pero ni un centavo para motivar a los extranjeros, especialmente a los haitianos,  o llevarlos a las oficinas donde pueden corregir su estatus irregular.
 Los haitianos queman banderas dominicanas aquí y en Haití. Atacan a pedradas tres consulados. Secuestran funcionarios diplomáticos. Ante todo eso, los sectores internos pro haitianos, ni Caricom, CIDH, EEUU, Canadá, reaccionan. Cuando el país toma la decisión de retirar a sus diplomáticos de los consulados del vecino país, se levantan las voces, internas y externas, cuestionando la decision. ¡Qué pechuses!  Bahamas y Trinidad y Tobago restringen la entrada de extranjeros y repatrian masiva y sumariamente a haitianos indocumentados, pero aquí el silencio es la respuesta.
Hay que repatriar a todo aquel que no cumpla con las leyes y reglamentos locales, grite quien grite. Quienes quieren ver de rodilla este país, no deben ser complacidos. Sean funcionarios, periodistas o integrantes de ONGs pagadas por Estados Unidos. Aqui no hay xenofobia, ni racismo, ni animadversión contra los haitianos. Si así fuera, no estuviesen aquí.

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