7 de agosto de 2017

Criminalidad

Por Ramon Dandrade

CriminalidadEl crimen es  un fenómeno que ha afectado a la humanidad desde la misma creación del mundo, cuando Caín mató a Abel, por darse este cuenta que el Señor admiraba más sus ofrendas, libro de la Biblia. En estos tiempos, las causas que llevan a una persona a cometer un crimen podrían ser la generalización de efectos físicos y mentales, estado de depresión, situación económica, etc.

Una de las primeras causas que inciden en el alto indice de criminalidad en República  Dominicana, son la injusticia social y la situación económica que impera en el País.

A pesar de la sobrepoblación y las malas condiciones de vida que predominan en todas las cárceles del País, esto no constituye un factor poderoso para lograr una menor taza de criminalidad.

Las estadísticas lo consideran un problema incontrolable, por consiguiente, el índice de criminalidad va en aumento cada día y esto se debe a los círculos viciosos que constituyen poderosos factores donde predomina el poder, que coadyuvan a la perpetuación de la delincuencia y represión que son sinónimos del crimen señalado.

Hemos tenido el conocimiento de que han tratado de estudiar medidas y formas carcelarias para reducir el alto porcentaje de crimen que afecta a nuestra sociedad, pero estas nunca han llegado a conclusiones satisfactorias. Sin embargo, las Naciones Unidas convocan regularmente reuniones de expertos en defensa social o en criminología, no obstante dichas investigaciones a menudo de gran valor, se limitan a determinados aspectos que no resuelven las problemáticas existente en cuanto al crimen.

Estas investigaciones se han centrado sobre todo en la indagación de las causas que mueven al hombre a cometer el delito, y se ha manifestado en dos formas principales.

En primer lugar, los criminólogos han estudiado aquellos procesos en virtud de los cuales los individuos llegan a convertirse en delincuentes, elaborando las correspondientes teorías sobre la delincuencia, que es un producto de toda organización social, sus estudios permiten un mejor conocimiento de la sociedad que tiene lugar y se desarrolla, por otra parte solo puede lucharse nacionalmente contra ella si la concibe en su más amplia perspectiva.

La criminalidad en todas sus formas, mina además la energía de los pueblos, y tiende a anular un hecho constituido, por esta razón, es deber de las instituciones (Gobierno, Senado, Diputados, y otros), instaurar un mejor medio de vida que corresponda a la clase pobre y mas perjudicada.

Por consiguiente, también conviene estudiar a fondo el fenómeno criminal, no como un fenómeno en si, sino como un problema cuyas consecuencias sobre el desarrollo del País justifiquen que se tome en consideración la óptica del cambio socio económico, político y social.

En segundo lugar, que los criminólogos que estudian la relación existente entre los diversos tipos de actos delictivos y las variaciones que se observen con respecto a la cultura y la organización social, elaborando también la correspondiente teoría acerca de los delitos.

Los estudiosos de los fenómenos sociales especularon sobre las causas de la criminalidad mucho antes de que iniciaran sus sabios trabajos provistos de fuentes mas precisas de información.

En general, puede decirse que quienes tratan de explicar las causas del delito forman dos grupos, los  que aplican la conducta criminal en base a las características biológicas o mentales de los delincuentes, y los que consideran como factores determinantes las condiciones y circunstancias ambientales, a los primeros se les llama individualistas, y a los segundos, ambientalistas.

Así pues, las teorías sobre la delincuencia y criminalidad son en realidad teorías sobre el proceso social de aprendizaje y el desarrollo de la personalidad, razón por la cual guardan una estrecha relación con aquellas otras más generales relativas a estos fenómenos.

Uno de los principales méritos de los expertos para la prevención del crimen y el tratamiento de los delincuentes, reside en la importancia que conceden a la necesidad de proponer políticas criminales que tengan en cuenta la realidad social en que viven.

Esto nos da una idea de que la cárcel no es el instrumento esencial para lograr el objetivo de terminar o reducir con el crimen. Más bien ésta (la cárcel), cumple una función dignificante, puesto que constituye un medio por el cual el individuo, después de cometer el crimen, muchas veces se sensibiliza, o cambia su modo de vida, así como también aprende un oficio que en el futuro desempeñaría con decoro y le serviría para su estabilidad dentro de una sociedad sana y progresiva.


En término, la conducta criminal surge al producirse una excitación excesiva de un órgano subdesarrollado de agresividad o adquisitiva, también influyen las causas físicas sobre las facultades morales, describiendo algunos sujetos que, a pesar de ser normales en otros aspectos, llegan a la criminalidad en virtud de una lesión  de sus facultades morales, enfermedad que se denomina anomia.

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