9 de julio de 2017

Muro de Vergüenza, Honestidad y Patriotismo

Por Leonardo Mercedes

Resultado de imagen para leonardo mercedes(Mi comentario al llamado formulado por el Ing. Barahonero Frank Vásquez a "Levantar un muro de vergüenza, honestidad y patriotismo en la frontera").

Ese sería el único muro que, con una firme e igualmente patriótica voluntad y decisión, sería capaz de parar en seco el negociazo de "trata de blancas", partos en hospitales dominicanos de mujeres haitianas, contrabando de mercancías y armas, narcotráfico, quema de árboles para
producción y venta de carbón y otros, montado, dirigido y controlado por una mafia compuesta por altos funcionarios civiles y militares de los gobiernos dominicano y haitiano, y protegido por las fuerzas de ocupación de Haití.

Un muro físico en la frontera sólo serviría para malgastar nuestros limitados recursos financieros, que podrían ser utilizados en atender muchas de las necesidades postergadas de nuestro pueblo, y para crear otra fuente de corrupción y robo por parte de quienes sean designados para dirigirla y ejecutarla.

De nada serviría un muro físico, porque los haitianos no vienen al país, a los haitianos los traen esos que dirigen y se benefician del negociazo señalado, en guaguas, jeepetas (yipetas) y camiones (es posible que hasta en barcos y en aviones), y te los depositan en Punta Cana, Santiago, Santo Domingo y todo el país, bajo la mirada indiferente de guardias, policías y la DGM (Dirección General de Migración).

Y para colmo, te los ponen a ocupar solares, casas y edificios vacíos en las ciudades y terrenos privados y baldíos en el campo, donde ya han formado comunidades que se han resistido, armados, a los intentos de desalojo. 

El problema ya es grave. Y si sigue la indolencia y la irresponsabilidad antipatriótica, se tornará irresoluble por vías pacíficas, presagiando hechos de sangre y un serio conflicto internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.