4 de mayo de 2017

Mi Responsabilidad Social y mi Compromiso Ciudadano (Parte I)

Por Angel González Féliz 

Al abarcar temas como la responsabilidad social y el compromiso ciudadano, es prácticamente inevitable caer en los deberes y derechos que como individuos poseemos. Que cada persona asuma sus deberes y sus derechos es lo que permite el buen funcionamiento de las relaciones interpersonales que cada uno mantiene con los demás de su entorno. En el momento en que una persona obvia alguno de sus deberes o le violan uno de sus derechos, se produce un conflicto entre las partes involucradas.

A pesar de que vivimos en un país que por años (los más recientes, desde luego, porque es loable el valor que tuvieron muchos hombres y mujeres de nuestra historia para defender la patria a costa hasta de sus vidas) ha practicado el ignorar de sus deberes y el no defenderse cuando violan sus derechos (hecho que sucede con demasiada frecuencia), no podemos nosotros los llamados “futuro del país”, continuar con esta práctica que poco a poco ha llevado a la República Dominicana a ser víctima de abusos constantes. Me voy aún más lejos, es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso el hacer frente a esta problemática.

En este mismo sentido, cae sobre nuestros hombros aportar un granito de arena en pro del reordenamiento de toda una sociedad. Sí, el término es amplio, suena a casi una utopía, pero particularmente soy de los que piensa que el cambio empieza por casa. Cambio yo, cambias tú, cambia él, y vamos creando una cadena de cambios que se traducen en beneficios palpables para todos.

La educación en este país representa un problema grave, y no me refiero exclusivamente a la educación en las escuelas, hablo de educación en un sentido más amplio, de formación, que es algo que no adquieres únicamente en la escuela, requiere de mucho más. Deberías aprenderlo en tu casa, pero no es un secreto para nadie las deficiencias que cada vez se hacen más evidentes en la crianza actual y que son responsables de muchos problemas que afectan a la sociedad actual (la delincuencia, por ejemplo).

Esta falta de formación, de educación, de conocimientos, es como una manzana podrida en un cesto de manzanas buenas, daña a las demás. 

Las inutiliza por su contaminación (esto podría entenderse como pérdida de oportunidades de desarrollo para el país por el desorden, la delincuencia, y muchas otras cosas negativas que empañan todo lo bueno que de verdad tenemos). Aunque esa deficiencia beneficia a un sector muy importante, en especial a personas que buscan beneficios personales a costa del detrimento, inclusive, de una sociedad completa.

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