Por Eliscer Guzmán
En el pasado, para tratar de mejorar la absorción de la aspirina en sus
diferentes formas, se ha
recurrido a aumentar la dosis a 325 Miligramos al día,
1 aspirina de niños (75 miligramos) dos veces al día, con resultados
conflictivos.
Mucho más preocupante es el uso de la aspirina con cubierta entérica (aspirina
EC), ya sea en dosis de niños o de adultos, que originalmente se creó con el
objetivo de prevenir el desarrollo de úlceras gástricas y sangrado
gastrointestinal, pero que se ha demostrado que tiene mayor problemas de
absorción y por ende, menor utilidad comparada a las aspirina regular.
Debemos aclarar que esta última aspirina, aunque es mejor tolerada a nivel
gástrico, no se ha asociado con menos sangramientos gastrointestinales como se
esperaba.
Si recordamos que muchos de los pacientes diabéticos padecen de enfermedades
cardiovasculares y por tanto se beneficiarían del uso de la acción
anticoagulante de la aspirina, entenderemos porque es frustrante el entender, que
aunque el paciente se la tome, la aspirina podría no estar haciendo efecto
especialmente en los pacientes diabéticos y obesos.
Por suerte, en la gran mayoría de los pacientes la administración de dosis baja
de aspirina (75-160) una vez al día, tomada crónicamente, consigue los efectos
deseados en la gran mayoría de los pacientes, independiente del peso o el nivel
de azúcar en sangre.
Por esto es esencial instruir al paciente a que no pare su aspirina, a menos que
no haya evidencia de anemia, sangrado o dolor Estomacal. Finalmente, recordemos
que la aspirina ya no tiene las mismas indicaciones como agente de prevención
primaria como creíamos hasta hace algunos años y por tanto, debe aclarar con su
médico si su condición requiere el uso de la aspirina, ya que a veces su
beneficio se pierde cuando se calcula el riesgo de sangrado no solo en el
tracto gastrointestinal, pero aun mucho peor en el cerebro.
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