Por Maribel Rodrigo (Laotracaradelamoneda)
La invasión imparable de avispas asiáticas está poniendo
en jaque a las abejas que, según un
colectivo apícola catalán, hará desaparecer estos insectos de la región en un
plazo de 3 o 4 años. A partir de ahí arranca el ‘cataclismo’.
Esta llamada de atención viene de la Asociación
de Apicultores de Girona. Aseguran que la colonización de la avispa asiática ya
no tiene solución en algunas zonas del país. Además de haber llegado en masa, parecen
especialmente agresivas hasta
el punto de que las abejas tradicionales no se atreven a salir del nido por si
son atacadas y citan incluso el caso de un grupo de avispas que se comieron el
cadáver entero de un jabalí, en sólo 3 días.
Es cierto que las abejas están desapareciendo de
diversas partes del mundo y nadie sabe aún por qué. Cada cierto tiempo se
repite la noticia. Nos cuentan de distintos peligros que ponen a las abejas en
riesgo de extinción y que, a partir de ahí, los humanos tienen los días contados.
¿Es realmente así? ¿Hasta qué punto dependemos de las abejas?
Dicen que uno de los primeros en llamar la
atención sobre este asunto fue Albert Einstein. En la
película The Happening (traducida al español como El
Incidente o El
fin de los tiempos), se atribuye al famoso científico una frase que
dice que “si la abeja
desapareciera del planeta, al hombre sólo le quedarían 4 años de vida”. Esta frase resulta de por sí
aterradora, pero vamos a analizarla.
Las abejas son las señoras de la polinización.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), hay 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de
los alimentos que consumimos en todo el mundo, y 71
de ellos los polinizan las abejas. Sólo en Europa, el 84% de las especies
de cultivo y más de 4.000 variedades vegetales, existen gracias ellas.
Si no hay abejas para desarrollar esta tarea de polinización, las
plantas no se reproducen y se inicia una reacción en cadena: sin
plantas no hay comida para los animales que se alimentan de vegetales ni para
quienes se alimentan de ellos: animales carnívoros y humanos. Si las abejas
desaparecen, tendremos un problema serio, porque los intentos de polinizar a
mano (se han realizado cientos de pruebas), de momento dan resultados
anecdóticos.
Durante décadas no
hemos prestado atención a la biodiversidad. La tala
indiscriminada de bosques, la caza y la industrialización, han provocado la
desaparición de cientos de especies y son algunas de las razones del
calentamiento global. Las abejas entran en este proceso junto a otras plantas y
animales, aunque Einstein no los mencionase.
La pérdida de competitividad de la
miel producida en Europa frente a productos asiáticos más baratos, han
llevado a muchos apicultores a abandonar su negocio, no sin antes hacer correr
la alarma. Esto se suma a la sequía y el uso de fertilizantes nocivos para
explicar la práctica desaparición de las abejas en determinadas áreas del
planeta. La clave es saber dónde empieza el peligro.
La película del director indio estadounidense
Shyamalan, dio celebridad mundial a la cita de Einstein, pero lo cierto es que
en ningún documento bibliográfico ni escrito del genio alemán, aparece recogida
esa frase. En cualquier caso y por la cuenta que nos trae, larga vida a las abejas.
Laotracaradelamoneda
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