14 de febrero de 2017

EDITORIAL HUÉSPED

¡Qué suerte la de Pedernales!
Resultado de imagen para listin diario logoHace tiempo que Pedernales debió de haberse convertido en uno de los más atractivos destinos turísticos del país, dadas las condiciones, riquezas y atributos que la naturaleza le ha dado.

Pero no ha tenido suerte y, en lugar de saborear las mieles del progreso, lo que padece es un proceso de empobrecimiento gradual que provoca la huida de muchos de sus habitantes a otras partes en busca de empleos y mejor vida.
 El cierre de empresas mineras, que empleaban a más de 1,500 personas, y la falta de expectativas concretas sobre la explotación de las incomparables playas de Bahía de las Águilas, así como la falta de agua para irrigar tierras con vocación agrícola y otras carencias, han disparado el éxodo.
El espacio ha quedado libre para que lo ocupen haitianos que ingresan y permanecen ilegalmente en el país, a menudo dedicados a la tala y quema de árboles para producir carbón o a la pesca rudimentaria e indiscriminada, una de las pocas fuentes que ayudaban al sustento de centenares de pescadores.
 El propio senador de Pedernales, Dionis Sánchez, ha hecho un llamado desesperado al Gobierno para que ayude a la provincia, a la que han declarado en estado de “emergencia” no solo por la falta de oportunidades y de condiciones mínimas para garantizar calidad de vida, sino por la intrusión masiva de haitianos ilegales que buscan afianzar su presencia en esas tierras.
 Alguna alternativa debe estudiar el Gobierno para que se restablezcan las operaciones mineras que, en un momento dado, representaban las mejores y más estables fuentes de empleos e ingresos, siempre y cuando tales operaciones se ajusten a los requisitos de la protección ambiental.
 Pedernales es una de las provincias más deprimidas del país, y ahora lo es más a causa del cierre de actividades productivas y de la incierta estrategia de desarrollo turístico que nunca, por lo visto, acaba de cristalizar.
 Mientras persiste la abulia oficial ante las necesidades de Pedernales, a nadie debe extrañar que inmigrantes haitianos ilegales se inserten en los espacios abandonados por los pedernalenses, con todas sus consecuencias, en todos los órdenes.

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