Ciudad Universitaria UASD-Barahona (3)
Por Rafael Matos Féliz
Después de la visita
del ingeniero Medrano a la zona, nos quedó el sabor amargo de que algo malo se
cernía sobre los acuerdos para realizar la permuta y la construcción de la
Ciudad Universitaria. Pocos días después, se hicieron correr los rumores de que
el Secretario de Turismo, Felucho Jiménez, tenía previsto un “gran proyecto
turístico”, con españoles, en los terrenos de la Quinta Brigada y con torres de
hasta 8 niveles.
Solicitamos, mediante
comunicación, las cláusulas y acuerdos originales y los oídos sordos fueron las
respuestas del nuevo gobierno. Se nos dijo después, que en realidad en el
gobierno no estaban interesados en la permuta. sino en construir una nueva
Ciudad Universitaria, pero donde ellos quisieran. Ahora, desde la guardia, se
continúa con el interés de mantener las violaciones a los acuerdos y pretenden
ocupar los terrenos de Riochill y mantenerse en la Quina Brigada también. ¡Qué bueno es así!
Cuando vimos todas
esas violaciones propiciadas por el propio gobierno, a los planes y acuerdos
consensuados, en el CURSO se gestionó para que el entorno de la nueva Ciudad
Universitaria no sea un arrabal, como muchos sectores partidistas buscaban.
Ahora los miembros del nuevo partido en el poder, también se frotaban las manos
para buscarse un pedazo en los terrenos de la Quinta Brigada. Y para llevar a
cabo esos desmanes, se tomó a la inmobiliaria local del Consejo Estatal del
Azúcar (CEA), para que “vendiera a trocha y mocha” todos los terrenos restantes
a “partidarios o amigos”.
Es de ahí, que con más
de 20 entidades sociales, religiosas, territoriales, se consensuó un Reglamento
de Uso de Suelos de esos terrenos para un futuro desarrollo sostenible del
municipio y provincia. Ese reglamento, además de la Ciudad Universitaria, prevé
un Centro Tecnológico, la ubicación de todas las oficinas del Estado
(Gobernación, IAD, Agricultura, INDRHI, el Ayuntamiento, etc.). También se
incluyó un Centro Cultural, un área ambiental ecológica y el Bulevar del
Malecón, incluyendo desde El Cayo hasta el Puerto Marítimo de Sal y Yeso.
Dicho Reglamento fue
aprobado a unanimidad el 5 de agosto del 2005 por la Sala Capitular del
Ayuntamiento, con la presencia de 23 organizaciones de la provincia. Además propusimos, al mismo tiempo, otro
Reglamento para la creación de un Parque Fluvial Urbano con el Río Birán, como
elemento clave para la adecuación ambiental, de salud y vial en el municipio. Este
otro reglamento también fue aprobado el mismo día.
Pero para desgracia y
desdicha del municipio y provincia de Barahona, ambos reglamentos fueron
tirados al zafacón por el Gobierno Central y por el propio Ayuntamiento. En el
caso del reglamento relacionado con los terrenos de la Quinta Brigada, solo se
trabajó con lo del bulevar y no como fue acordado, sino como le dio la gana a
Turismo. Después se “vendieron o regalaron” varios solares. Se construyó una
“Central de Ambulancia”. Ahora se hace la llamada “Circunvalación Interna” y aparece
una familia de apellido Montás y dice que lo que queda del terreno le
pertenece. ¡EPA!
En el caso del reglamento
para el Parque Fluvial del Río Birán, a los pocos meses de aprobado el mismo,
varias personas tomaron las márgenes y aproches de los puentes para hacer
construcciones ilegales, como fueron los casos de los puentes de las calles
Arzobispo Nouel, María Trinidad Sánchez, Delicias y Padre Billini. Las malas
lenguas dijeron que eran amigos del alcalde o del ayuntamiento. Pero eso no lo sabemos.
Finalmente, la Ciudad
Universitaria fue construida, pero el área total que para la misma estableció
en el decreto, 105 mil metros cuadrados, al final le restaron 13 mil; dejando
en ellos chiqueros de vacas, viviendas y solares que fueron tasados para
pagarlos, a fin de crear todo un entorno académico y esto último no se llevó a
cabo, sin embargo se dijo que el presupuesto gastado cubrió todo lo previsto,
aunque no se hiciera.
Nos contactamos en
otra ocasión,
Rafael Matos Féliz
Por el Desarrollo Sostenible
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.