Historia de las Ideas Políticas
Pensamiento Presocrático, Sofista y Sócrates
Por Carlos Darío Sousa S.*
El objetivo de este capítulo es doble: por una parte, acercarnos a la “primera navegación filosófica” de la historia que se produjo
en dos siglos en la antigua Grecia, concretamente en el período de tiempo
comprendido entre los comienzos del siglo VI y el final del siglo V a. de C., a
través de los originales pensadores llamados presocráticos, hasta llegar a la
“primera ilustración” de la historia de las ideas con los sofistas, y
desde ellos, alcanzar la figura central
de Sócrates en los comienzos de la filosofía en Grecia.
La Filosofía Preática (600-450 a. C.)
Los tres primeros filósofos de la antigua Grecia
original, Tales, Anaximandro y Anaxímenes, vivieron en Mileto, ciudad insignia
de la cultura jonia, de ahí que se les conozca también como los “milesios”. Los
tres buscaron un primer principio (arkhé) común a todo, que diera explicación a
los cambios y a la pluralidad de todas las cosas de la naturaleza. Serán los
primeros presocráticos.
Tales de Mileto (624-546 a. C.) considerado
el primer filósofo. Pasa por ser uno de los siete sabios. Políticamente, estos
sabios se ponen de parte de los demócratas en su lucha contra la nobleza. Encontró la arkhé en un elemento común de la
naturaleza (physis), en el agua (la humedad), elemento que hace
que todo tenga vida y, por tanto, la vida de todas las cosas es explicada como
el principio que vivifica todo: “Todo
está lleno de dioses (daimones), dirá Tales, en el sentido de que todo está lleno
de vida”. De modo que los conceptos dearkhé
y de physis, van a ser representados
por primera vez en un elemento común de la naturaleza, que se explica
racionalmente y no sólo mediante mitos, como en las prefiguraciones antiguas.
Aristóteles llamó a Tales “Padre de la filosofía” y
veía su grandeza en que fue el primero que preguntó por un principio primero
por el que puedan explicarse unilateralmente todas las cosas. Así pasó de
naturalista a filósofo de la naturaleza y marcó el camino a toda la filosofía
por venir. Tales, como dijimos, vio en el agua la materia primera de que todo
se ha hecho. Él mismo dirigía una escuela de marinos, vivía junto al mar y
contemplaba cómo el agua se dilataba hasta lo infinito. Veía brotar el agua de
la tierra y caer del cielo como lluvia. Aristóteles hace notar que la semilla
debe estar húmeda para que germine, y por eso toda vida parece venir del agua.
Tales aprendió en sus viajes grandes habilidades
técnicas. Por medio de sus “columnas de sombras”, halló los equinoccios y hasta
pudo predecir un eclipse de sol. Con él irrumpió la búsqueda racional en todos
los terrenos.
Anaximandro de Mileto (610-546 a. C.). Oriundo de
Mileto, donde sin duda estuvo en relación personal con Tales. Cabe pensar que
los milesios formaban ya una escuela en que se cultivaba y propagaba su
doctrina. Anaximandro habría construido, de bronce, el primer mapa, en que
señaló todas las tierras y mares entonces conocidos. A él se atribuye también
la confección del más antiguo mapa celeste para los navegantes, así como la
construcción del primer reloj de sol. Él es sin duda el filósofo de más talento
especulativo de esta escuela.
La materia primera:
La materia primera:
Anaximandro muestra ya en su búsqueda de la
materia primera, una sorprendente fuerza de abstracción. Él intuye que las cosas
de este mundo no pueden explicarse por una materia existente y admite en su
lugar una materia que es anterior a toda las cosas que se nos aparecen y que
llama lo “indefinido” (apeiron), que debe cumplir cuatro condiciones:
1) Cuantitativamente,
no es ni agua ni tierra, sino totalmente indeterminado.
2) Cuantitativamente,
es indefinido, pues sólo así es posible un desenvolvimiento indefinido.
3) Temporalmente,
es también infinito o indefinido, y por ende, increado, sin vejez posible e
inmortal.
4) Religiosamente,
es lo divino
Como al día sigue la noche y a la primavera el verano, así se cumple también la evolución de lo “definido” en períodos cósmicos: “De donde las cosas salen, allí han de volver de nuevo conforme al destino, pues tienen que pagar pena y castigo por su injusticia según el orden del tiempo.” Anaximandro parece haber visto en la separación de lo particular una apostasía y unja culpa.
Más
importante fue todavía, la idea del cosmos, que aparece por vez primera
en Anaximandro y hechizó luego a toda la antigüedad. La observación durante
años del cielo, lo lleva al descubrimiento del orden matemático y a la
admiración de la mágica belleza del universo, que está ordenado hasta en sus mínimos
procesos por una ley uniforme. La idea del cosmos inspiró a los padres de la
Iglesia sus entusiastas pruebas.
El origen del mundo
Con lo
“indefinido” se dio desde el principio el movimiento, que empezó por separar
los dos contrarios de calor y frío. Lo caliente subió hacia arriba, y envolvió
a la tierra con su aire frío, como la corteza al árbol. Más el aire rompió la
coraza de lo caliente y envolvió ahora a su vez a lo cálido en tres cilindros
circulares que ahora rodean la tierra a una distancia de 1x9 el radio de la
tierra, el primero. El segundo, a una distancia de 2x9 veces dicho radio, y el
tercero a una distancia de 3x9 el radio de la tierra. Los cilindros se
superponen y entrecruzan entre sí y las estrellas. Si se taponan los agujeros,
se producen los eclipses. Taponaciones parciales determinan las fases de la
luna.
Por el
movimiento se separan de la tierra fría dos materias: lo sólido y lo líquido.
La tierra firme no es un disco, sino un cono truncado, cuyo diámetro y altura
están en la proporción de 3:1. Como la superficie de la tierra es a su vez
abovedada, nos acercamos mucho a la forma esférica de la tierra. Ésta no flota
sobre el agua, no cae abajo, sino que permanece siempre en el centro.
Anaxímedes de Mileto (585-525 a. C.) Volvió su mirada a la naturaleza, para extraer
de ella una arkhé de nuevo determinada: el aire. Es evidente que este aire
tampoco es sólo aire físico que respiran los seres vivos, es algo “inmortal”:
es el elemento sin el cual no hay vida. De esta forma, Anaxímedes consideró el
cosmos como un gran ser vivo que necesita respirar y, por tanto, el aire sería
como el hálito o aliento que mantiene vivas todas las cosas, es decir, sería el
alma del universo.
Todo surge del aire por condensación y refacción. Si
se condensa surge el frío. Por refacción surgió también del aire el alma
(animus, anima, pneuma). Como el aire cósmico conserva, ordena y gobierna al
mundo, así gobierna también el alma al cuerpo. Como el aire cósmico es divino,
así también es divina nuestra alma. Originalmente “alma” significó aire, más
tarde aliento, luego principio de vida y sólo a la postre espíritu.
El fin de esta primigenia filosofía milesia, aconteció cuando en los comienzos del siglo V a. C. Los persas arrasaron Mileto
y muchos de sus sabios habitantes huyeron a la lejana Maga Grecia, a ciudades
de La península itálica, como por ejemplo a Cretona, donde se trasladó Pitágoras
de Samos. Allí fundó este sabio una escuela filosófica-mística-política,
inspirada en creencias orientales como la transmigración y la reencarnación de
las almas, que con el tiempo se iba a hacer famosa: la escuela pitagórica o los
pitagóricos.
Bibliografía.
Bibliografía.
1.-Cañas, Sánchez. Op. Cit.
2.-Arrillaga. Op. Cit
3.-Sabine, Touchard. Avelino. Ops.Cit. *El autor es catedrático universitario.-
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