Por Dr. Eliscer Guzman
New York.-Cuando nos referimos a suplementos "naturales", hablamos de
botánicos, tés, vitaminas y minerales, prebióticos y los súper populares
productos de proteínas, ya sea en preparaciones líquidas o preparaciones en
polvo.
Creo que algunas informaciones históricas serán beneficiosas revisarlas, para
entender las complejidades detrás del negocio billonario de las ventas
interminables de estos suplementos.
La razón tiene que ver con que esta regulación solo remueve del mercado los
suplementos que son reportados como dañinos, pero no se reportan si no son
efectivos. En otras palabras, si no sirven para nada. Lamentablemente los daños
que se reportan después de haberlos usados por mucho tiempo, son raros.
Consumidores no reportan los efectos secundarios, porque no saben dónde hacerlo
o les da vergüenza admitirlo, o simplemente no aceptan que el daño pueda venir
de un producto "natural".
He aquí algunos efectos dañinos de estos
suplementos: primero, comenzando con los súper populares, pero que no sirven para
nada: el uso de multivitaminas y minerales para la prevención del cáncer (no
importa el tipo), el uso de multivitaminas para prevenir enfermedades
cardiacas, uso de vitamina E para la prevención de cáncer de próstata, el uso
de varios suplementos para prevenir demencia e infecciones virales. El uso de
beta caroteno para prevenir cáncer de pulmón, que por el contrario, aumenta el
riesgo de cáncer en fumadores.
La
ineficacia del uso de selenium con o sin vitamina E para prevenir el cáncer de
próstata. La publicación del estudio GAIT (marcha) en el 2006, que demostró que
la combinación de condroitina y glucosamina no servía para la artritis y podría
aumentar el riesgo de azúcar en la sangre.
Otros suplementos que podrían ser
útiles pero que frecuentemente se usan en dosis inadecuadas, son el omega 3,
vitamina D y prebióticos, que en su gran mayoría tienen efectos placebos (no
hacen nada).
Quiero terminar diciéndoles que el NIH (Instituto Nacional de Salud), se ha
gastado más de 300 billones en investigación de alta calidad para demostrar la
utilidad o la ineficacia, y a veces daño, de estos suplementos. A pesar de estos
estudios y la evidencia científica de una institución con tanto prestigio, el
uso de estos suplementos sigue en aumento o rápidamente es sustituido por
otros.
¿La razón?
El negocio
de los suplementos es una industria de 250-300 billones al año para los
productores y solo gastan una décima parte en promociones y publicidades tan
atractivas como falsas, exhibidas en los programas más vistos de la TV por las
poblaciones más carentes de conocimientos y que fácilmente caen victimizadas
por estos anuncios falsos y repletos de mentiras. Nosotros, en el corazón de la
medicina, seguiremos educando y desenmascarando a estos falsos profetas, con
ánimo de salvaguardar la salud y la educación de nuestra comunidad.
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