21 de agosto de 2016

¿Gomas Lisas?…Más Que Eso

Por Bienvenido Heredia

Un aparatoso accidente en que una patana embistió un camioncito repleto de cristianos en la carretera Sánchez-Nagua, dejando un saldo de casi una veintena de muertos, levantó la antena de vinil de diversos sectores de la sociedad dominicana, y de varias instituciones responsables de velar por la seguridad de la ciudadanía.

La AMET, el Ministerio Público, la Dirección de Tránsito Terrestre y otras instancias estatales, “descubrieron”, ¡por fin!, que muchísimos camiones, autobuses y muchisísimas patanas, transitan por nuestras calles y carreteras con gomas sin huellas, sin las huellas que reflejan su corta edad, gomas, que como dicen en mi pueblo, parecen vejigas.

“Descubrieron” también que muchos patanistas andan traguiaos en esas máquinas (montones de hierro, que por la forma que muchos de ellos manejan, se convierten en armas mortales, muy mortales). Y según informaciones, en ocasiones andan borrachos, justificando esa temeridad e inconsciencia en la duración y lejanía de los viajes.

Visto que los accidentes de tránsito se han convertido en un problema de salud pública, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un levantamientos al respecto, determinando que de 182 países que pertenecen a la Organización de las Naciones Unidas (ONU),  nuestro país, República Dominicana, es el segundo con mayor cantidad de muertes por accidentes de tránsito: 42 fallecimientos por cada 100 mil habitantes. Sólo nos supera una isla llamada Niue, donde se registra 68.3 muertes por cada 100 mil habitantes.

Ahora bien, ¿esos accidentes son producto exclusivo de las gomas lisas y los conductores embriagados y temerarios? Claro que no.

Entiendo que, a pesar de la obsolescencia de la Ley 241 sobre Tránsito Terrestre, creada y promulgada en 1967, modificada varias ocasiones en algunos de sus artículos, su mandato, normas y reglas, muy pocos cumplen, por no decir nadie. Y cuando pocos, no me refiero solo a quienes andamos en motocicletas, carros, camionetas, yipetas, minibuses, autobuses, camiones y patanas, no, también incluye a las autoridades responsables de hacer cumplir esas normas.

¿Acaso no vemos a guardias, policías (generales incluídos), fiscales, jueces, ciudadanos de todo tipo y nivel, y hasta agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), transitando sin cascos, sin el cinturón de seguridad puesto, hablando por un celular, cruzando la luz en rojo, sin placas, etc.?

Quien quiera comprobarlo, sólo debe estacionarse próximo a una esquina de mucho tráfico donde haya un semáforo, para que observe la balsa de violaciones que se cometen en 10 o 15 minutos, y la categoría de quienes las cometen.

De manera, que no es sólo las gomas lisas, es un problema también de inconsciencia e irresponsabilidad compartida, en una aldea donde todos nos creemos con el derecho de violentar el derecho de los demás y nadie, absolutamente nadie, está dispuesto a ordenar la casa con programas de orientación y educación, pero sobre todo, poniendo a funcionar un régimen estricto de consecuencias penales, cuando haya que hacerlo. De lo contrario, el desorden del tránsito seguirá siendo dominado por las gomas lisas de los camiones, autobuses y patanas..porque ellas, las gomas lisas, son apenas la punta de un iceberg que tiene en su parte oculta, la parte más gruesa, el cúmulo de inconsciencia, irrespeto e irresponsabilidad generalizada a nuestras normas y a nuestras instituciones.


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