Como dice el famoso chiste de las monjitas aquellas: dijeron a todas. Ahora que el Partido Revolucionario Moderno, por boca de su presidente y su secretario general, ha dicho que aquellas llamadas “Reglas de Oro” ideadas por el fenecido líder del PRD, José Francisco Peña Gómez, serán enterradas, es tiempo de reivindicar la verdadera democracia institucional.
Esa postura dice que en lo adelante, sin objeción, hay que cumplir “a pie juntilla” lo que dice la constitución sobre el voto soberano, que le da el pueblo a quienes elige en las urnas. La sugerencia de Peña tuvo sus éxitos.
Al ser respetada la posición de líder político, desaparecieron esas fricciones. Eso, aunque fue acogido por los partidos y fue exitoso, no era tan democrático. Es por eso que lo que pide el PRM ahora debe ser aplicado en todas las estructuras del estado.
Los cabildos escogerán sus bufetes en una lucha cuerpo a cuerpo, en un todo contra todos, y que gane el que tiene la mayoría, esa es la democracia. Eso mismo debe pasar en el Congreso Nacional y en el Consejo Nacional de la Magistratura. Quien tenga la mayoría que la use por el bien del país. Que desaparezcan las componendas y acuerdos de aposento “dizque” para garantizar la gobernabilidad.
Que gobierne quien recibió el poder de manos de los votantes y que haga lo que todos esperamos, es decir, que gobierne bien y para todos. Si hay que cambiar la Junta Central, el Tribunal Superior Electoral, la Cámara de Cuentas y los bufetes del Congreso, no puede la oposición, ni sus voceros de la sociedad civil, alegar inequidad ni intención apabullante, porque la regla es que la mayoría se imponga. El PRM, el PRSC, y el PLD que controlen los cabildos, que les permitan los votos obtenidos, Que el PLD use su 62% para hacer las cosas positivas que espera el país.
Ya desapareció la “Regla de oro”, por pedido del PRM, total, lo que Peña soñó es el pasado y el murió hace más de 18 años ¿para que seguir sus idealistas planteamientos?
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