Por Luis Eduardo Díaz Franjul
En primer lugar, quisiera revisar con mis
compueblanos los siguientes reportajes: 1 – “Autoridad Portuaria anuncia
remozamiento del puerto de Barahona”. Diario Digital, 11/11/2014; 2 – “Gobierno
y Barrick Gold firman acuerdo para remediar pasivos ambientales en Cotuí”. El
Caribe, 15/6/16, y 3 – “Medina promete hospital en Neyba; dice Monte Grande
va”. Diario Libre, 22/7/2016. A
seguidas retar públicamente la Autoridad
Portuaria Dominicana (APORDOM) y los ministerios de Turismo, Energía y Minas, y
Medio Ambiente y Recursos Naturales, para discutir con alta dosis de objetividad
y cordura, el desarrollo del turismo de sol y playa y de cruceros en Barahona,
conocida en los años ’40 y ‘50 del pasado siglo, como “La Perla del Sur”. De
allá para acá se convirtió en coral.
De acuerdo con el No.1, en el mes de noviembre de
2014, el director de APORDOM, Mayobanex Escoto Vásquez, llamó al programa Acción
Mañanera de la emisora Palma FM, para comentar sobre el estado de abandono en
que se encuentra el muelle de Barahona. Habló de su remozamiento para que el
mismo sea más productivo, para que vengan más buques y tengamos más desarrollo
en la zona. Dijo que había recibido instrucciones del presidente Danilo Medina
para que ese puerto sea rehabilitado para un mejor funcionamiento en todos los
sentidos. También dijo que el presidente está interesado en explotar turísticamente
la región Suroeste y que el puerto es parte de ese proyecto.
Según el No.2, de la noche a la mañana y sin
chistar, el Ministerio de Energía y Minas abre su cartera y saca US$25.0
millones (RD$1,137,500,000.00) para implementar un plan de administración
medioambiental en la zona de Cotuí donde opera la minera Barrick Pueblo Viejo;
y a la vez dice presente! con US$75.0 millones, como parte del acuerdo suscrito
con Energía y Minas, donde el Estado será el responsable de “administrar y
remediar los pasivos ambientales históricos en esa demarcación, que son
derivados de la operación de la mina en tiempos de la Rosario Dominicana”. Yo
diría en el “Túnel del Tiempo de la Rosario Dominicana”, como excusa a un
problema que puede ser otro.
Y el No.3, refiere a lo que dijo el presidente Danilo
Medina con relación a los desembolsos de la Presa Monte Grande, los cuales no
se han hecho por ser un financiamiento de Brasil, a través del Banco de
Exportación de ese país. Atribuyó el atraso en el desembolso, a los problemas
que confronta Brasil en estos momentos. Medina calificó la presa de Monte
Grande como la obra cumbre de la región Sur, sobre todo de Bahoruco y Barahona.
“Yo siempre les he dicho que para mí Monte Grande es fundamental, porque es
parte de la transformación de toda esta zona”, sostuvo el Jefe de Estado. Eso
no lo discuto, pero si vamos a depender de un país lleno de escándalos de
corrupción, con la mayor deuda pública de América Latina y un déficit fiscal de
US$52,000 millones, es mejor mirar para otro lado, ya que al parecer eso no
termina ahora.
Ahora comento esos reportajes para los fines del
debate.- No.1 – Muchos barahoneros y diversos sectores de la vida nacional
conocen de mi defensa sobre el turismo de sol y playa y de cruceros en Barahona,
según artículos y reportajes publicados en la prensa escrita antes de 2012; y
en la prensa digital desde 2012 hasta la fecha, sin dejar de lado Pedernales en
algunos casos. En octubre de 2011 conversé sobre esto temas en El Naranjo,
Barahona, con el entonces candidato presidencial Danilo Medina y el actual
ministro de Turismo, Lic. Francisco Javier García, quien luego me recibió en su
despacho una semana después. Los mismos temas fueron planteados a los otros
partidos que participaron en las elecciones de mayo de 2012. Nada pasó después
de eso.
Lo que sucede en el No.2 me parece nada tiene que
ver con el “Túnel del Tiempo de la Rosario Dominicana”, sino con lo que sucedió
hace unas semanas, es decir, la contaminación ocasionada en la Presa de
Hatillo y el río Yuna, a raíz de la explotación minera de la Barrick en Cotuí.
La Cámara de Diputados solicitó al Ministerio de Medio Ambiente ordenar a
Barrick el saneamiento de las aguas. De acuerdo con otro reportaje del
periódico El Día, “dicho ministerio está satisfecho con los niveles y con las
características de la explotación que está desarrollando actualmente esa
empresa, según expresaron los “técnicos y especialistas” de la Cámara de
Diputados y/o expertos en problemas de contaminación.
Sin embargo, la Cámara de Diputados no esboza “ni en
pintura” la añeja contaminación que destruye el ornato de la ciudad y la salud
de la población circundante y más allá, por causa de las empresas de actividad
minera industrial ubicadas en el muelle frente a la ciudad; y del deterioro de
todo lo que allí ocurre, además de la contaminación visual de todo aquello que
allí se mueve y deposita con fines de exportación. No se trata solo de Cotuí.
Estamos 100% de acuerdo con todo aquello que solucione los problemas
ambientales que padece la República Dominicana, donde Barahona es un destacado
mal ejemplo que hay que corregir de inmediato.
Pero la suerte y los recursos públicos tienen
“vidas paralelas” en Barahona, no solo para resolver los problemas ambientales
y de arrabalización en el muelle y en el tramo costero Barahona-Bahoruco (entre
el litoral y la carretera), sino para desarrollar el turismo de sol y playa y de
cruceros en esos lugares estratégicos. Es el punto focal de un desarrollo
turístico que nunca llega, de seguir las cosas como van, lo que he explicado a
los ministerios de Turismo, Medio Ambiente, y Energía y Minas, además de
artículos y reportajes previos. Mientras nada sucede la contaminación,
deterioro y abandono del muelle de Barahona es un holocausto económico y social
que hunde la ciudad y la provincia, con la excepción del Consorcio Azucarero
Central (CAC).
Siempre he dicho que los fondos están ahí, en las
tasas aeronáuticas con las que Turismo promueve el país y realiza obras de
infraestructura turística. También APORDOM dispone de recursos para proyectos
de rehabilitación portuaria, lo que contradice los buenos deseos del Presidente
en el caso de Barahona, como vimos. Energía y Minas tampoco dice nada, aunque
reconoce que es el turismo, y no la minería, lo que sacará a Pedernales de la
pobreza, lo que contrasta con la rapidez en buscar US$25.0 millones con tal de
“bailar pegao” con la Barrick, mientras se hace de la vista gorda con la
contaminación en el muelle de Barahona y la contaminación visual que impide el
deleite del panorama costero marino. Con 2 o 3 milloncitos de esos US$25.0
millones, se resuelve el turismo de cruceros.
Entonces, ¿cómo diablos va a llegar la inversión a
Barahona, si los organismos oficiales y el propio Estado, obvian los problemas
que afectan las zonas estratégicas donde es factible el desarrollo del turismo
de sol y playas y de cruceros? Pero no tan solo eso. Primero hay que modernizar
el muelle de Barahona y luego realizar obras de infraestructura en el tramo
costero Barahona-Bahoruco (regeneración de playas, adecuación del entorno,
etc.), no sin antes declarar de “utilidad pública e interés social” algunas
zonas de ese tramo, aptas para el turismo receptivo masivo de sol y playa. En
este sentido hay que imitar a Puerto Plata, que hizo lo que tenía que hacer para
desarrollar ambos tipos de turismo, donde hoy día el renovado turismo de
cruceros ha generado RD$549,807,030.00 a Puerto Plata y Santiago, desde octubre
2015 a la fecha.
Definitivamente, el “Estado Dominicano del Siglo
XXI” no quiere invertir en el turismo de sol y playa y de cruceros en Barahona
para que la región Suroeste sea digna de mejor suerte. Ese es su deber antes de
traer a colación el tema de la pobreza en la región Enriquillo, cosa que por el
momento no está en manos de Brasil ni de la presa Monte Grande.
Visto lo antes
señalado, no me queda más remedio que retar públicamente los ministerios antes
citados y a APORDOM, para debatir estos temas con la mayor profesionalidad,
objetividad y cordura. Es que desde hace muchos años Barahona espera por un
turismo que nunca llega. Quedará siempre trunca la inversión pública del siglo
XX (carreteras y aeropuerto), si el Estado no mira hacia el mar.
Si el “Estado Dominicano del Siglo XXI” no quiere
mirar hacia el mar, es decir hacia el muelle de Barahona, para desarrollar un
turismo de cruceros del que nunca se habla, y hacia el tramo costero
Barahona-Bahoruco, para desarrollar el turismo receptivo masivo de sol y playa
que nunca se planifica, a Barahona no le queda otro camino que no sea entrar al
siglo XXII sintonizando en el túnel del tiempo el programa “Cien Canciones y Un
Millón de Recuerdos”, de la desaparecida Radio Popular, de Rafael Corporán de
los Santos, hombre de bien y defensor de causas nobles, quien en una ocasión
visitó una naviera donde yo laboraba para solicitar un contenedor de 40’
refrigerado para llevar comida a los afectados por el ciclón David en 1979.
La sintonía de “Cien Canciones y Un Millón de
Recuerdos”, para mayor disfrute, hace juego con el entorno ideal de la década
de los años ’70, compuesto por un radio de cable y pilas, por si se va la luz;
una mecedora grande, una mesita con su paño blanco bordado, donde tranquilamente
descansa “media chata” de Ron Brugal y la inmancable “media Marlboro”, con la
cajita de fósforos “La Estrella” cerca de ella; mientras entre “bocanadas de
tabaco y ron” se escuchan plácidamente las canciones de Leo Marini, Vicentico
Valdez y Toña La Negra, entre otras estrellas de la nostalgia del siglo XX, y
observando al mismo tiempo un estrellado cielo azul desde el balcón, como la
noche estrellada de Pablo Neruda, donde hacia el final de la media noche, el
sueño vence entre recuerdos de un viejo amor o de un amor imposible.
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