Cinco Esquinas
Por Carlos Darío Sousa S.*
Mario Vargas Llosa, por su creación literaria, es un
superventas y ahora, también, con un atractivo adicional en las llamadas
revistas del corazón. Sobre ésta me entero, pues no hay diario del mundo en
Castellano –no sé si en mandarín también- que no hable de su nueva relación con
una dama, con muy buen prontuario, de la “beautiful people” (gente guapa) de la
sociedad española. Allá él y que le vaya bien. Lo más probable es que por sus
80 años a cuestas, necesita nuevas emociones, que imaginación para la creación
sobra.
En esta novela, el premio Nobel nos introduce en ese largo
laberinto de la política peruana, en una mezcla o en un coktail de sexo,
fujimorismo, montesinismo, policía, extorsión, periodismo, del llamado
“amarillista”, de una descripción de la sociedad peruana. Cómo viven los ricos,
los acomodados y los pobres, y de algo que don Mario sabe bien: platos de
comida. En fin, de una variedad de temas que nos envuelven desde el principio
hasta el final.
Los grandes escritores –y más si es un Nobel- tienen la
ventaja de que venden todo lo que escriben, o cómo hacen su vida, aunque muchas
veces, no siempre el contenido o el argumento necesariamente sea del atractivo
del lector. Y es el caso de Cinco Esquinas”.
Recuerdo que hace tiempo, el escritor hablaba de su futura
nueva novela y nos revelaba hasta el título, para que un fanático como yo del
escritor, tome debida nota para esperar su tirada. Cuando salió, aproveché el
primer momento posible y me acerqué a la Librería Cuesta a buscarla.
En la contraportada del libro, donde suele ponerse detalles
del libro, leemos: “si hay un tema que permea, que impregna toda la historia,
es el periodismo, el periodismo amarillo. La dictadura de Fujimori utilizó el
periodismo de escándalo como un arma política para desprestigiar y aniquilar
moralmente a todos sus adversarios. Al mismo tiempo, está la otra cara, cómo el
periodismo, que puede ser algo vil y sucio, puede convertirse de pronto en un
instrumento de liberación, de moral y cívica de una sociedad. Esas dos caras
del periodismo son uno de los temas centrales de Cinco Equinas”.
Los que vivimos en Barahona, sabemos muy bien lo que representan
cinco esquinas, en el caso peruano, es una referencia a un barrio limeño del
mismo nombre y que hace tiempo era una zona elegante de Lima, la capital de
Perú.
La novela empieza con una escena de sexo lésbico, de
erotismo al más puro estilo del autor. En una entrevista, a raíz de su 80
cumpleaños, dice sobre el tema, que “si en una novela en que el erotismo
desempeña un papel importante no excita al lector, es que ha fracasado. La
función de la novela es hacer que uno salga de su realidad y viva la del
libro”. Sobre la diferencia entre el erotismo y la pornografía, dice “la
pornografía es un erotismo mal escrito”. Si usted se ha leído alguna de sus
novelas -18 en total- puede comprobar que el sexo siempre está presente.
Vargas Llosa fue candidato a la presidencia del Perú y fue
derrotado por Alberto Fujimori, que luego lo persiguió con tal saña, que para
evitar consecuencias peores, Felipe González, presidente del gobierno español,
le otorgó la nacionalidad española.
La vida es la principal fuente de los escritores, y quizás
por eso podemos tener obras que trascienden el tiempo. La diferencia estriba en
el aspecto ficcional o diferenciador que le imprime a su desarrollo. No podemos
más que imaginar cuando nos está hablando, la realidad o el invento del
escritor. Aunque podemos intuir que en las Cinco Esquinas el autor nos presente
lo que pudo ser parte de sus vivencias, del Perú o de personas conocidas o de
la realidad misma que se construye alrededor del dictador y sus secuaces.
Cinco esquinas no será la obra más importante del
escribidor, para mí es una obra menor, pero no deja de ser un cuadro al que,
como país, debemos de prestar atención.
*El autor es catedrático universitario.-
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