Expertos en VIH señalan no se sabe cuándo será eliminado ese virus
La cura no
está cerca. Los mayores expertos en sida están reunidos en Durban (Sudáfrica), en la antesala de la conferencia internacional sobre la enfermedad, que comenzó hoy. En el
simposio Hacia una cura, que
desde hace cuatro años se viene celebrando antes del congreso, han puesto en
común los últimos avances y las líneas de investigación para llegar a ella.
“Pero una cosa es segura”, afirma Anthony Fauci, director del Instituto Estadounidense de Alergias y Enfermedades Infecciosas: “Si alguno de los aquí presentes le da
una fecha para ese hallazgo, le está mintiendo”.
El problema es la incapacidad del
sistema inmune para enfrentarse al virus. Mientras que los demás se suelen
quedar en las superficies celulares y son fácilmente identificados, el VIH
penetra en el ADN de las células ocultándose y despistando al organismo.
“Tenemos el reto de propiciar algo que nuestro cuerpo no es capaz de hacer por
sí mismo”, resalta Fauci.
Si bien eliminar por completo al virus
de las personas infectadas es una aspiración, la comunidad científica se daría
más que por satisfecha si en el medio —incluso largo— plazo, se diera con la
tecla para que los pacientes lograran mantener la carga viral a niveles
indetectables en plasma. Es lo que consiguen las modernas terapias
antirretrovirales (ARV), que propician que las personas seropositivas puedan
hacer una vida normal y reduzcan tremendamente (entre un 95% y un 97%) el
riesgo de infectar a otras.
“Con 37 millones de personas viviendo
con VIH y otros dos millones de nuevos afectados cada año, una aproximación
efectiva para curar o lograr una remisión significativa, sería un avance
innovador en la salud global. Todavía estamos en una etapa inicial, pero se han
producido hallazgos reseñables”, asegura Françiuse Barré-Sinoussi, que ganó el premio Nobel por descubrir el virus.
Existen varias líneas de investigación
para encontrar una cura. La mayoría de ellas maneja la idea de reforzar al
sistema inmune para que pueda defenderse. Esto se puede hacer por distintos
métodos que, sin embargo, hasta ahora han fracasado. Uno de ellos es hallar una
vacuna, que no solo podría ser útil para evitar la transmisión a población
sana, sino también para ayudar al sistema inumne de los portadores a controlar
al virus.
Se parte de una que se probó en Tailandia entre 2003 y 2006.
Consiguió unos resultados modestos (31% de efectividad), insuficientes para
generalizarla, pero sentó las bases para posteriores experimentos que se han
realizado con modificaciones para mejorarla. Los resultados esperanzadores de
un estudio que verá la luz el martes, permiten ya afirmar que un nuevo ensayo a
gran escala empezará en breve con varios miles de pacientes implicados en el
sur de África. Esta fase será crucial para determinar la capacidad de
protección de esta novedosa variante de la vacuna.
Nuestro sistema inmune es incapaz de enfrentarse al virus. Todos
los métodos para potenciarlo han fracasado hasta ahora
Más allá de una vacuna, los expertos
ponen muchas esperanzas en que los nuevos métodos para combatir el cáncer
sirvan también para luchar contra el VIH. Son medicamentos de última generación
que precisamente ayudan al sistema inmune contra las células cancerígenas.
“No
necesariamente estamos hablando de usar los mismos fármacos, aunque podría ser,
es más bien utilizar su filosofía contra el virus”, explica Steven Deeks,
profesor de medicina en la Universidad de California y miembro del programa de
sida del Hospital General de San Francisco. Estas terapias de última
generación, que son muy prometedoras a medio plazo en el ámbito oncológico,
están todavía lejos de llegar al tratamiento contra el VIH.
“En primer lugar,
por un problema de rentabilidad para las empresas farmacéuticas, lo cual es
legítimo [los remedios contra el cáncer son mejor negocio que los del sida]. En
segundo, quizás no se presta tanta atención porque con el VIH ya hemos
encontrado una forma de frenar la muerte, algo que no sucede siempre con el
cáncer”, reflexiona. La colaboración entre estos dos mundos es algo que quieren
potenciar los investigadores que se han dado cita en Durban.
Una tercera vía para dar con la sanación
es la de las células madre. De hecho, solo existe constancia de una persona en
toda la historia que se haya curado; y fue por este método. Es conocido como paciente berlinés,
que además padecía leucemia y recibió un transplante de médula. Los médicos
buscaron un donante con una mutación genética llamada delta-32, que inmuniza al
portador de la mayoría de las cepas del VIH. Un consorcio europeo conocido como
Epistem monitoriza pacientes que han recibido trasplantes de médula para
comprobar si se puede replicar este caso. Hasta el momento no ha sucedido.
Los
resultados, conocidos este sábado en Durban, muestran significativas reducciones
de la carga viral, si bien no se descartan rebotes. De forma parecida, varios
estudios buscan la manera de insertar células madre que propicien este rechazo
al virus. Pero siguen siendo métodos agresivos cuya implementación no es hoy
día segura. Incluso si se hallasen formas de conseguirlo sin riesgos sería, a
priori, una fórmula muy cara, solo aplicable en países ricos, y no donde están
los mayores focos de VIH, según coinciden los expertos consultados.
A pesar de estas tenues luces de
esperanza, queda mucho camino por recorrer en la búsqueda de una cura para el
VIH. Los esfuerzos en investigación se vienen multiplicando en los últimos
años: de los 80 millones de euros que se invertían en 2012 hemos pasado a 183
en 2015. Con solo 17 millones de personas recibiendo tratamiento
antirretroviral frente a los 20 millones que carecen de él, algunos activistas
abogan por poner el foco en cubrir a todos los enfermos.
Los expertos que
forman el comité en busca de una cura de la Sociedad Internacional de Sida, explican
que los esfuerzos para hallar una sanación no se deberían detraer de los
programas de prevención y tratamiento. La prioridad, coinciden, es el control
del virus. “Sin embargo, es un imperativo que los donantes, los Gobiernos y la
comunidad de personas implicadas en la lucha contra el sida, haga viable y
sostenible la inversión económica para la investigación de una cura para el
VIH”, concluyen.
Fuente: El País.-
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