Dicen que además los nativos envenenaban sus
flechas con su savia.
De hecho dicen que fue la razón de la muerte del
español Juan Ponce de León, el primer gobernador de Puerto Rico, quien recibió un flechazo
en una batalla cuando quiso conquistar la costa de Florida en 1521.
Que eso haya
sucedido es difícil de comprobar, sin embargo, todo lo que se dice del árbol
de la muerte es cierto.
El
temido árbol crece en paisajes idílicos y puede alcanzar alturas imponentes.
Sus ramas a veces
reposan sobre la arena y te invitan a descansar sobre ellas. O si están altas,
te llaman a protegerte de la lluvia o el sol bajo su sombra.
Sus raíces se
entierran en la arena y sus troncos a veces son el destino de las olas del mar.
Sus frutos, muy
parecidos a las manzanas, son aromáticos, dulces y sabrosos.
Sin embargo, es una
de las especies más intocables, y tiene el dudoso honor de estar registrado en el Libro Guinness de los récords como el árbol más peligroso del mundo.
"Alerta: todas las partes del manzanillo son extremadamente venenosas y la interacción o ingesta de cualquier parte de este árbol puede ser letal",
Instituto de Ciencias de Alimentos y Agricultura de
Florida.
Como
su nombre dice:
Hippomane mancinella. Ese es su nombre
científico.
Según el Instituto
de Ciencias de Alimentos y Agricultura de Florida, Hippomane viene de las
palabras griegas hippo, que significa caballo, y mane se deriva de manía,
o locura.
El filósofo griego
Teofrasto (371a.C.-287a.C.) nombró así a una planta nativa de Grecia tras
determinar que los caballos se volvían locos después de comérsela. Y el padre de la
taxonomía moderna, el sueco Carl Linneo, le dio el mismo nombre al nocivo árbol
de América.
Más precisamente, al
árbol nativo de Mesoamérica y las islas del Mar Caribe, que crece en las costas
desde Florida, EE.UU., hasta Colombia, y en algunos lugares está marcado con cruces rojas o placas de
alerta.
Manzanilla de la muerte
Ese es uno de sus
nombres comunes, los que usan quienes viven con ellos. También es conocido
como Manzanilla de la arena y Manzanilla de playa, aunque el árbol de la muerte
es quizás el apelativo que más describe su realidad.
Su savia lechosa
contiene el potente irritante de forbol. Con sólo rozarlo al pasar, tu piel puede quedar horriblemente
escaldada.
Refugiarse bajo sus
ramas durante una lluvia tropical también puede ser desastroso, pues hasta la
savia diluida puede causar una erupción cutánea extrema.
Quemar estos árboles también es mala idea. El humo te puede
cegar temporalmente y causarte serios problemas respiratorios.
Pero a pesar de que
los efectos son desagradables, el contacto de la piel con este árbol tropical
no es fatal.
La amenaza real viene su pequeña fruta redonda, pues comérsela puede causar vómitos y diarrea tan
severos que deshidratan el cuerpo hasta el punto de no retorno.
¿Tanto
así?
Alguien que experimentó eso en carne propia fue la radióloga británica Nicola Strickland, quien en 1999 se
fue con una amiga a pasar sus vacaciones soñadas en la isla caribeña de Tobago.
Como buena
científica, describió lo que le ocurrió en el British Medical Journal, para que otros
científicos estuvieran al tanto de ese grave peligro potencial.
Empieza contando
como una mañana "encontramos una de esas
idílicas playas desérticas... arena blanca, palmeras bamboleándose, el mar
color turquesa".
Ahí vio las verdes frutas verdes "que aparentemente habían caído de un árbol grande de tronco
plateado".
"Mordí la fruta y me supo agradablemente dulce. Mi amiga también
lo hizo. Momentos más tarde notamos un extraño sabor picante en nuestra boca,
que progresó gradualmente a una sensación de ardor y desgarro, y una opresión en la garganta".
"Los síntomas
empeoraron durante las dos horas siguientes hasta que a duras penas podíamos
tragar alimentos sólidos pues el dolor era insoportable y por la sensación de
un gran nudo que nos obstruía la garganta".
Por suerte para
ellas, a punta de piñas coladas y leche, 8 horas más tarde
los síntomas orales empezaron a mermar, pero los ganglios linfáticos cervicales
se volvieron muy sensibles.
"Nuestra
experiencia provocó un franco terror e incredulidad entre los locales. Tal es la reputación del veneno
de la fruta", señala la radióloga.
"Una
sola manzanita mata a 20 personas"
Historias como ésta,
por supuesto, no son nuevas.
John Esquemeling,
autor de uno de los más importantes libros de consulta sobre la piratería en el
siglo XVII, "Los bucaneros de América" (1678), escribió sobre su
experiencia con "el árbol llamado manzanilla, o árbol de la manzana enana,
cuando estuve en La Española (Haití/República Dominicana)"
"Un día, cuando estaba extremadamente atormentado por los
mosquitos y jejenes, y aún ignorante sobre la naturaleza de este árbol, corté una rama
para que me sirviera de abanico, pero se me hinchó y se me llenó de ampollas
toda la cara, como si me hubiera quemado, a tal grado que estuve ciego por tres días".
Y el viernes, 16 de
septiembre de 1774, Nicholas Cresswell, cuyo diario sobre sus días en las
colonias británicas en América pasó a la historia, escribió :
"La manzanilla
tiene el aroma y apariencia de una manzana inglesa, pero pequeña, crece en
árboles grandes, generalmente a lo largo de la costa marítima. Están repletas
de veneno. Me han dicho que una sola manzana es suficiente para matar a 20 personas".
"La naturaleza
del veneno es tan maligna que una sola gota de lluvia o rocío que caiga del
árbol en tu piel inmediatamente causará una ampolla.
"Ni la fruta ni la madera son de uso, hasta donde sé".
Peligroso,
pero útil
Sorpresivamente
quizás, el árbol sí tiene sus usos, que recoge el Instituto de Ciencias de la
Agricultura y Alimentos de Florida.
Madera
Se cree que su venenosa
savia se neutraliza secándola al sol. Sin embargo, quienes manipulan la madera
recién cortada deben ser cuidadosos.
Savia
Los nativos cubrían sus flechas con el veneno cuando iban a
cazar.
Corteza y frutas
Hay documentos que muestran que la goma de la corteza
ha sido usada para tratar enfermedades venéreas e hidropesía en Jamaica, y las frutas
secas, como diuréticos.
La peligrosa, en peligro
En Florida, el manzanillo de la muerte está en peligro de
extinción.
Fuente: BBCMundo.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La Caracola agradece su disposición de contribuir con sus comentarios positivos, siempre basados en el respeto a los demás y en la ética de la comunicación popular.