Lo que fue admiración de contrarios, hoy es cosa del pasado. El respeto al liderazgo, que hasta se llegó a considerar cosa de secta o “dictadura”, desapareció del vocabulario de muchos miembros y dirigentes del PLD. Y es que al parecer se está perdiendo la identidad partidaria y hasta nacionalista.
Esto ultimo no solo entre los miembros del partido oficial, sino en otros segmentos de la sociedad. Por ejemplo dirigentes políticos que hasta hace poco cuestionaban y castigaban a la Organización de Estados Americanos (OEA) por haber pisoteado nuestra soberanía, hoy se arrodillan ante ese organismo denunciando un fraude que saben no sucedió y pidiéndole intervenir en una lucha interna a la que nada tiene que aportar ese organismo. Da vergüenza que esos “nacionalistas”, que hasta hace poco tenían levantada la bandera de la defensa del país hayan caído en una pendiente tan resbalosa y mal oliente.
Dos ejemplos de como se va perdiendo el respeto por si mismo, por el partido y por el país.
Confío en que la dirigencia del PLD retome el camino de la unidad, el respeto a la dirigencia y la disciplina partidaria, que tantos triunfos le permitió en el pasado. Que el triunfalismo no los emborrache, como le pasó al antiguo PRD en 1986 y en el 2004, cuando teniendo todo el poder, internamente se enfrascaron en luchas fratricidas tan intensas y personales, que lo sacaron de la estructura del estado en ambas ocasiones, y hasta el día de hoy. Tal vez ellos van por el camino correcto y yo estoy equivocado. Si es así que me excusen. Como no conozco la interioridad del PLD, por eso quizás aprecio desde fuera una pérdida del respeto que desde la otra acera veíamos tan diferente hasta hace apenas unos años.
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