1 de mayo de 2016

EXPRESIONES

Cibao-Sur y Monte Grande
Por Tomás Aquino Méndez
Cibao-Sur y Monte GrandeLa carretera Cibao-Sur, no por San Juan de la Maguana como se esperaba, sino entre Bonao y San José de Ocoa, fue inaugurada el pasado miércoles por el presidente Danilo Medina.  Una gran obra.  Una vía importante. La zona que recorre la carretera Blas Olivo, que forma parte del Corredor Padre Luis Quin, también era reclamada desde hace años. Sin dudas es una zona productiva, hermosa, con futura explotación turística.
Obras como esta, que contribuyen con el desarrollo de la región sur, la creación de empleos y nos da una mayor apertura para atraer visitantes, es la que hemos estado reclamando durante años.  Por eso insistimos en el gran proyecto de desarrollo de la región: la presa de Monte Grande. Esta no solo permitirá que más de 400 mil tareas se incorporen a la producción, también será clave en el proyecto turística de la zona, va a mejorar el suministro de agua potable y energía eléctrica. Por eso no nos cansamos de preguntar cuáles razones impiden que Monte Grande haya sido asumida con toda la entereza y voluntad que requiere lo que hemos bautizado como “El Metro del Sur”.  Hasta ahora se nos han hecho algunos “aguajes”. Picazos, anuncios y promesas. Seguimos esperando. 
Pero hoy tenemos motivos para celebrar. Las regiones Sur y Cibao están más cerca. Pero para que esa alegría persista para siempre, el entorno de esa vía tiene que ser protegido, cuidado, vigilado. 
Viendo el hermoso paisaje que bordea la carretera Blas Olivo, con una vegetación de “postalita” y el clima extraordinariamente acogedor que se disfruta, me surge la inquietud sobre su futuro. Es casi seguro que en pocos días se estarán ubicando en sus laterales los “padres de familia”, alegando no tener donde vivir.  También algunos “ricos” estarán ubicando terrenos para sus casas de veraneo y otros instalarán sus kioscos para ofertar uno que otros productos agrícolas y de otras índoles.  Con estos ocupando el entorno, en poco tiempo, habrá que decir adiós a la hermosa vegetación de hoy y a las hermosas fuentes de agua de los alrededores.  
Por eso levanto mi voz y llamo a Medio Ambiente, Obras Públicas, los gobernadores de Bonao y San José de Ocoa, así como a los pobladores de la zona, para que se conviertan en “guardianes permanentes” para la protección de esta carretera y su entorno. Sugiero que se constituya un patronato del que formen parte hombres y mujeres de ambas provincias, amantes de la naturaleza, de su región y del futuro de la nación.  
La carretera Cibao-Sur, construida para unir estas dos importantes regiones, no debe convertirse en puntal para deteriorar ese entorno como ha ocurrido con otros proyectos. Ejemplos abundan. Para muestra dos botones: el entorno de Villa Altagracia y la autopista 6 de noviembre, otroras  alfombras verdes, hoy zonas desérticas. 
No permitamos el daño a la carretera Blas Olivo. 

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