Mujer policía es esposa del cabecilla de banda asesinaba choferes
Juan Dolio, San Pedro de Macorís.-Luz Divina Martínez, sargento de la Policía Nacional, es esposa de Hugo Zorrila Alfonseca (Paulo), uno de los cabecillas de la banda "Los Verdugos de la Fosa", la cual dio muerte de forma cruel, a varios choferes de minibuses y camiones de la región Este.
Según las investigaciones hechas por las autoridades, en la casa de la joven policía, de 32 años, también vivía otro de los integrantes de la banda y es señalada como la persona que prestaba su arma de reglamento a los acusados, acusación que ella negó frente a la jueza Farida Abud.
Se dijo que la oficial es nativa de la sección Mata de Palma de El Seibo, hija del señor Fino.
Los abogados de la familia de los asesinados adelantaron que poseen muchas pruebas de la participación de la suboficial en los hechos criminales. Hasta hoy, han sido sepultados: Germán Arredondo Quezada, de 45 años; David Polanco y Gary Wilson Rodríguez Castro, de unas siete personas desaparecidas en los últimos meses de pueblos de la región Este.
El procurador fiscal de San Pedro, Pedro Núñez Jiménez, negó que Hugo Antonio Zorrilla Alfonseca, uno de los acusados de la muerte de los choferes, obtuviera una libertad fácil hace poco y aclaró que fue investigado por un homicidio anterior, por el que estuvo siete meses en prisión.
Alfonseca fue acusado de la muerte de Vidal Berroa Manzueta, quien fue encontrado con un block debajo del puente Higuamo de San Pedro hace cerca de un año.
El detenido es hijo de un coronel de la AMET en la región y “a esa persona, no hubo forma de probarle la acusación con méritos, al no tener los elementos, precisos, concordantes, que lo comprometieran por lo que dieron archivo provisional”.
Asaltos y muertes atroces
Radhamés Antonio Ramírez narró que primero ubicaban a sus víctimas, luego “a punta de pistola les quitábamos todas las pertenencias que tenían encima; los amarrán de manos y pies, y si este se ponía bruto, lo maltratábamos”.
Radhamés Antonio Ramírez narró que primero ubicaban a sus víctimas, luego “a punta de pistola les quitábamos todas las pertenencias que tenían encima; los amarrán de manos y pies, y si este se ponía bruto, lo maltratábamos”.
Explicó que “les colocábamos una funda plástica en la cabeza y finalmente los lanzábamos vivos en la cueva (fosa) de Juan Dolio”.
Confesó que asesinó a los tres, al revelar el lugar a los investigadores y al Ministerio Público representado en esta investigaciones por la fiscal adjunta, Carmen Mohammed, lo que llevó al rescate de los cadáveres.
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