21 de marzo de 2016

LAS REDES SOCIALES: Estamos Perdiendo la Voz

Por Bienvenido Heredia

Iniciando el largo asueto de Semana Santa, recibí la llamada de una amiga de muchos años, residente en la capital, animada por el interés de comunicarme que se estaba hartando de las redes sociales: facebook, whatsapp, instagram, etc., ya que, según ella, aparte de que la comunicación por esas vías es inerte, sin vida, hay personas que envían fotos, caricaturas y vídeos poco agradables.

Se queja también (mejor dicho, se lamenta), que muchas personas, incluso profesionales, escriben tanto y con tantas faltas ortográficas, que es mejor no tenerlas como contactos, ya que de tanto que se comunican atropellando las elementales reglas gramáticales de nuestro idioma, uno mismo terminaría asumiendo sus faltas: boy  (de ir), a beces, berda (por verdad), axion o acion (por acción), etc.

Convenimos en que se está haciendo urgente una campaña por los medios de comunicación masiva, para lograr que los usuarios de esas herramientas que nos proporciona la tecnología, demos el uso fundamental para el que fueron creadas: comunicarnos con textos e imágenes que nos ayuden a fortalecer los lazos familiares y amistosos, e informarnos de las cosas que fortalezcan nuestros conocimientos.

Eso no significa en modo alguno, que nos pongamos psico-rígidos y dejemos de compartir chistes, comedias ni videos musicales, jamás. Tampoco pretendo decir que por esas vías enseñaremos a escribir sin faltas ortográficas a quienes así lo hacen, jamás.

La idea (compartida) de la persona con quien tuve la conversación este lunes, 21 de marzo (inicio de la primavera), es que debemos sacar mayor provecho a las redes, especialmente al teléfono celular, porque de repente, por usar siempre el whatsapp, el facebook, el instagram o el twitter, olvidamos el timbre de voz de nuestros amigos, y hasta reunidos en familia, grupos de amigos y compañeros de trabajo, la mayoría de los presentes está pendiente del chat en su celular, y el encuentro se convierte en algo frío, sin vida, sin intercambio. Es decir, el encuentro se convierte en un desencuentro.

Y es que, hemos hablado y hablamos tanto por las redes, que cuando nos encontramos físicamente con el amigo, la amiga o el familiar, tenemos pocas cosas de que hablar. Y sencillamente…no hablamos o hablamos casi nada (ya me ha pasado).

Con este sencillo y sincero comentario, dejo iniciada la campaña por la vuelta al contacto directo, las llamadas, aunque sacrifiquemos un poquito nuestro presupuesto del mes.

Y por favor, aprendamos a escribir con menos faltas.


Salud!

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