Por Benny Rodríguez
bennyrodriguezm@gmail.com
Siempre estoy interesado en participar en eventos relacionados con mi área
profesional: Ciencia de la Comunicación Social, la que estudié en la UASD e
hice un diplomado en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí”, en
La Habana, Cuba.
Recientemente se realizó en mi país el XII Congreso Hispanoamericano de la
Prensa y el Primero de las Escuelas de Comunicación Social. Evento coordinado
por el CDP y la UASD. Lastimosamente no pude estar.
Ignacio Ramonet, periodista español establecido en Francia, editor de Le
Monde diplomatique en Español, fue uno de los expertos que participó en el
referido evento académico, desarrollado en la sede de la academia estatal. Toda
una joya que nadie osaría perder, pero razones atendibles impidieron que
estuviéramos presentes.
Ramonet, fue el invitado al almuerzo del grupo de medios Corripio y tuvo
una interesante reflexión acerca de la credibilidad del periodismo en estos
tiempos, que de alguna manera en el programa de radio “Expresión Popular”, en
el que participo en Barahona y de manera particular e individual hemos
reflexionado con los colegas y no colegas sobre el tema.
Ciertamente, el periodismo de compromiso, de acompañamiento, ese que le daba
protagonismo a la noticia y a sus actores, ese que no jugaba con la verdad, ha
ido perdiendo espacio en nuestras sociedades globales.
Se ha abierto espacio el periodismo de espectáculos, el de la industria del
entretenimiento o el periodismo rosa, que investiga la vida privada de las
personas públicas para hacer historias que alimentan el morbo.
Hemos relegado, no a un segundo, sino a un último plano, el periodismo de
investigación, ese tipo de periodismo que nosotros llamamos de “compromiso” o
de “acompañamiento”, como lo practicábamos en radio Enriquillo y que el
inolvidable Gerardo Rogmans siempre insistía en que hiciéramos.
Los periodistas que deseamos o nos interesamos en un buen periodismo,
debemos estar conscientes que el desafío es tener claro que la formación
profesional debe estar por encima de cualquier poder.
A pesar de ese giro de más de 60 grados en el periodismo global y que muy
bien lo advierte Ramonet, debemos seguir insistiendo, para que no sigamos
poniendo en juego la calidad de la información ni la del periodismo.
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