Desde que se dio la voz de alerta, todos hemos seguido con interés las noticias referentes al zika. Muchos aún nos preguntamos, cómo es que este insecto tan pequeño se tan dañino para los seres humanos.
Sin embargo, para eso no tenemos ni explicación ni solución imediata.
Muchos incluso hasta dudamos de que haya sido producto de la naturaleza.
Lamentablemente hay sectores que, por politiquería y por estar involucrados en la época electoral, han restado mérito a esta campaña.
Mientras, en más de 20 países se declaran alertas y emergencias por la presencia del que se ha convertido en el insecto más peligroso para los humanos. Aunque valoramos lo trascendente de la iniciativa oficial, quisiéramos que no sea sólo una acción pasajera.
La campaña de orientación y educación al ciudadano para enfrentar el vector del peligroso mosquito, tiene que ser permanente.
Como también tiene que ser permanente la acción de eliminación de los criaderos en calles, cementerios, parques y lugares públicos como compromiso de alcaldías y Gobierno, mientras las familias hacen lo propio en los hogares. Si es o no un invento de laboratorio, tendremos tiempo para investigarlo.
Por ahora, la guerra contra el mosquito transmisor del zika, dengue y chikungunya, tiene que ser permanente y un compromiso de todos.
Por eso no entendemos el empeño de dirigentes del colegio médico en minimizar el peligro del zika, mientras en el mundo se lanzan alertas y campañas para combatirlo.
Creo que para la medicina es más exitoso prevenir que curar.
Por eso apoyamos la campaña iniciada por el Gobierno para eliminar los criaderos, pero esta no puede ser sólo un operativo de dos fines de semanas y no debe ser asumida solo por el Ministerio de Salud. La lucha contra el mosquito tiene que ser una responsabilidad compartida por todos.
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