El golpe de Estado permanente (1 de 2)
Por Carlos Darío Sousa S.*
El que fuera presidente de Francia, François Mitterrand,
escribió un libro bajo el título de “El Golpe de Estado Permanente”. La edición
que tengo es la de Cuadernos para el Diálogo, Edicusa, Madrid, 1968. El libro
original fue publicado en 1964, y del que podemos imaginar su viacrucis para
publicarlo en España, en medio del laberinto que la dictadura del General
Franco ponía a las publicaciones extranjeras.
Curzio Malaparte escribió lo que hoy es un clásico del arte
de la política, lo que él llama “Odiado libro mío”: “Técnicas de golpe de
Estado”, 1931. Back List. Planeta, 2009; prohibido, perseguido, recogido y
mínimamente
paleado el que lo leyera y se encontrara en su poder, en las
numerosas dictaduras que asolaron a Europa en el siglo pasado, sin importar el
signo y la bandera.
Bertrand Russell, ese mismo que fundó el tribunal Russell
para juzgar a los EEUU por la guerra de Vietnam (y del que Juan Bosch en un
momento fue miembro), escribió “El poder: Un nuevo análisis social”, 1938, RBA
libros, 2010, donde analiza uno de los temas esenciales de la civilización
humana: el poder. Su tesis es que el poder es la meta última del ser humano.
Max Weber, dentro de su libro “Economía y Sociedad”, 1921,
incluye unos capítulos al análisis del poder y que se publica bajo el nombre de
“Sociología del poder”, Alianza Editorial, 2012.
Vladimir Ilich Ulianov (Lenin), Lev Davidovich Bronstein y
León trosky, son personajes importantísimos en la historia de los golpes de
Estado.
Sobre estos tres libros y estos dos actores volveremos en su
momento, y esto porque pienso en las alternativas que da el tema: una flexible
y una rigurosa.
El prólogo del libro fue escrito por José J. Tohaira y más
que un prólogo es un puesta en presente de la figura de Mitterrand, y que como
podemos ver, el año de la edición es 1968, que recordamos fue el año del
levantamiento estudiantil de París, no solamente contra el general De Gaulle,
sino también contra el orden de cosas existentes en la Francia de la época y un
toque de atención a la Europa y al mundo. El general, quien unos meses después,
y a pesar que su partido ganó las elecciones, poco después, y a raíz del
referéndum sobre la regionalización y reforma del Senado, en la que el general
planteaba como un plebiscito a su gestión y al perderlo, abandoné el poder de
la república francesa. Luis XIV, el rey Sol, dicen que produjo la cuestionada
frase “El Estado soy yo” (L’Estat, c’est moi”), y De Gaulle, casi como Horacio,
“Horacio o que entre el mar”. El general planteó el sí como apoyo de aprobación
de su gestión para permanecer en el poder. Los franceses le dijeron no, y tuvo
que irse a su retiro a Colombey-les-deux-eglises.
Digo que es poner más que en presente, pues los
acontecimientos de la Francia de 1968, es, recordando los hechos, que se van a
desencadenar a partir de la egregia figura del general De Gaulle, quien durante
la segunda guerra mundial y lo que se incardinado en el acontecimiento, fue la
Francia Libre y su actividad política que lo llevaría al poder de ese país y su
intento, posterior, de permanecer en él hasta el final de sus días.
El papel jugado por Mitterrand y la izquierda francesa fue
sumamente importante, aunque hoy, más de 45 años después del parisazo, la
visión que se proyecta de tal acontecimiento esté sumamente atenuada, y como
dice Vargas Llosa, los posibles cambios que pretendía generar, están casi a
nivel de las utopías.
Carlos Fuentes, en su libro “Personas”, Alfaguara 2012, hace
referencia a los acontecimientos de París del 68, sin el cual la llegada al
poder de Mitterrand en el 81, habría sido imposible.
Vamos al libro, la edición francesa, dice el prologuista no
tenía índice titulado de las tres partes de que consta, y que en el caso de la
edición castellana hubo de etiquetarlas como medio de facilitar un
acercamiento.
Los títulos son los siguientes: I.-El fin de la primera
república; II.-El golpe de estado permanente; III.-Hacia un sistema
dictatorial; y Conclusión.
Título I: El fin de la primera república
El título primero está dividido en nueve apartados, de los
que destacamos lo siguiente. En él es que Mitterrand busca las raíces del
régimen francés, desde y dentro de la III, IV y V república. Por supuesto, no
vamos a analizar la III república, sólo decir que nace en 1870, cuando se pone
fin al Imperio de Napoleón III. Este período dura hasta 1940 con el inicio de
la Segunda Guerra Mundial y entre 1946 y 1958 se establece la IV; la crisis
política y en cierto modo la “armonización”, a su modo, de los países vecinos
de la URSS, y el inicio de la etapa siguiente, que se ve frenada en cierta
medida por la fundación de la OTAN, vino a fijarle a los franceses un marco de
referencia, que de todas formas no evitó la crisis política.
En octubre de 1958 se inicia la V república, que dura hasta
hoy, año que se aprueba la Constitución, más conocida como la de la Quinta
República, encargada al General De Gaulle y que es una actualización que
introduce cambios importantes en el régimen político, que se agotarán unos años
después.
Por supuesto, una serie de acontecimientos van a desbordar
la realidad francesa. Indochina, pero sobre todo Argel, van a producir un
movimiento telúrico que mermará las bases coloniales de Francia y que de hecho,
al final, dará con la caída de la IV república.
Mitterrand dice que “Reducir las causas de la rebelión del
ejército, de la caída de la IV República y de la subida al poder del general De
Gaulle, a la sola ambición e intrigas del jefe de la Francia Libre, sería dar
una explicación mezquina y falsa a hechos de tal magnitud.
Más adelante dice “Todo autor de un golpe de Estado debe
prever dos posibles salidas: si tiene éxito inmediato y por sorpresa, el único
problema a resolver radica en dispersar a los escasos adversarios, que no son
ya en ese momento más que proscritos. Es éste un simple asunto de buena policía.
Si, por el contrario, la primera acción encuentra un obstáculo imprevisto, si
es abortada, conviene transformar entonces el golpe de fuerza en guerra civil,
presentar batalla en todos los terrenos, considerar como enemiga a toda
fracción del territorio nacional que ofrezca resistencia”.
Título II: El golpe de estado permanente
Consta de quince apartados. En el primer párrafo encontramos
lo siguiente: “De Gaulle ocupa el poder porque lo ha deseado ardientemente,
porque ha ido, pacientemente, acercándose a él hasta apropiárselo hábil y audazmente”.
Entre el 13 de mayo y el 3 de junio de 1958, el general De
Gaulle ha logrado un primer golpe de Estado. Tras haber inspirado una conjura
política y haber explotado una sedición militar, derribo el orden establecido
de la IV república.
*El autor es catedrático universitario.-
*El autor es catedrático universitario.-
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