5 de octubre de 2015

LECTURAS Y VIVENCIAS DE CARLOS DARÍO (Lunes 5 de octubre, 2015)

El golpe de Estado permanente (1 de 2)

Por Carlos Darío Sousa S.*

El que fuera presidente de Francia, François Mitterrand, escribió un libro bajo el título de “El Golpe de Estado Permanente”. La edición que tengo es la de Cuadernos para el Diálogo, Edicusa, Madrid, 1968. El libro original fue publicado en 1964, y del que podemos imaginar su viacrucis para publicarlo en España, en medio del laberinto que la dictadura del General Franco ponía a las publicaciones extranjeras.

Curzio Malaparte escribió lo que hoy es un clásico del arte de la política, lo que él llama “Odiado libro mío”: “Técnicas de golpe de Estado”, 1931. Back List. Planeta, 2009; prohibido, perseguido, recogido y mínimamente
paleado el que lo leyera y se encontrara en su poder, en las numerosas dictaduras que asolaron a Europa en el siglo pasado, sin importar el signo y la bandera.

Bertrand Russell, ese mismo que fundó el tribunal Russell para juzgar a los EEUU por la guerra de Vietnam (y del que Juan Bosch en un momento fue miembro), escribió “El poder: Un nuevo análisis social”, 1938, RBA libros, 2010, donde analiza uno de los temas esenciales de la civilización humana: el poder. Su tesis es que el poder es la meta última del ser humano.

Max Weber, dentro de su libro “Economía y Sociedad”, 1921, incluye unos capítulos al análisis del poder y que se publica bajo el nombre de “Sociología del poder”, Alianza Editorial, 2012.

Vladimir Ilich Ulianov (Lenin), Lev Davidovich Bronstein y León trosky, son personajes importantísimos en la historia de los golpes de Estado.

Sobre estos tres libros y estos dos actores volveremos en su momento, y esto porque pienso en las alternativas que da el tema: una flexible y una rigurosa.

El prólogo del libro fue escrito por José J. Tohaira y más que un prólogo es un puesta en presente de la figura de Mitterrand, y que como podemos ver, el año de la edición es 1968, que recordamos fue el año del levantamiento estudiantil de París, no solamente contra el general De Gaulle, sino también contra el orden de cosas existentes en la Francia de la época y un toque de atención a la Europa y al mundo. El general, quien unos meses después, y a pesar que su partido ganó las elecciones, poco después, y a raíz del referéndum sobre la regionalización y reforma del Senado, en la que el general planteaba como un plebiscito a su gestión y al perderlo, abandoné el poder de la república francesa. Luis XIV, el rey Sol, dicen que produjo la cuestionada frase “El Estado soy yo” (L’Estat, c’est moi”), y De Gaulle, casi como Horacio, “Horacio o que entre el mar”. El general planteó el sí como apoyo de aprobación de su gestión para permanecer en el poder. Los franceses le dijeron no, y tuvo que irse a su retiro a Colombey-les-deux-eglises.

Digo que es poner más que en presente, pues los acontecimientos de la Francia de 1968, es, recordando los hechos, que se van a desencadenar a partir de la egregia figura del general De Gaulle, quien durante la segunda guerra mundial y lo que se incardinado en el acontecimiento, fue la Francia Libre y su actividad política que lo llevaría al poder de ese país y su intento, posterior, de permanecer en él hasta el final de sus días.

El papel jugado por Mitterrand y la izquierda francesa fue sumamente importante, aunque hoy, más de 45 años después del parisazo, la visión que se proyecta de tal acontecimiento esté sumamente atenuada, y como dice Vargas Llosa, los posibles cambios que pretendía generar, están casi a nivel de las utopías.

Carlos Fuentes, en su libro “Personas”, Alfaguara 2012, hace referencia a los acontecimientos de París del 68, sin el cual la llegada al poder de Mitterrand en el 81, habría sido imposible.

Vamos al libro, la edición francesa, dice el prologuista no tenía índice titulado de las tres partes de que consta, y que en el caso de la edición castellana hubo de etiquetarlas como medio de facilitar un acercamiento.

Los títulos son los siguientes: I.-El fin de la primera república; II.-El golpe de estado permanente; III.-Hacia un sistema dictatorial; y Conclusión.

Título I: El fin de la primera república

El título primero está dividido en nueve apartados, de los que destacamos lo siguiente. En él es que Mitterrand busca las raíces del régimen francés, desde y dentro de la III, IV y V república. Por supuesto, no vamos a analizar la III república, sólo decir que nace en 1870, cuando se pone fin al Imperio de Napoleón III. Este período dura hasta 1940 con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y entre 1946 y 1958 se establece la IV; la crisis política y en cierto modo la “armonización”, a su modo, de los países vecinos de la URSS, y el inicio de la etapa siguiente, que se ve frenada en cierta medida por la fundación de la OTAN, vino a fijarle a los franceses un marco de referencia, que de todas formas no evitó la crisis política.

En octubre de 1958 se inicia la V república, que dura hasta hoy, año que se aprueba la Constitución, más conocida como la de la Quinta República, encargada al General De Gaulle y que es una actualización que introduce cambios importantes en el régimen político, que se agotarán unos años después.

Por supuesto, una serie de acontecimientos van a desbordar la realidad francesa. Indochina, pero sobre todo Argel, van a producir un movimiento telúrico que mermará las bases coloniales de Francia y que de hecho, al final, dará con la caída de la IV república.

Mitterrand dice que “Reducir las causas de la rebelión del ejército, de la caída de la IV República y de la subida al poder del general De Gaulle, a la sola ambición e intrigas del jefe de la Francia Libre, sería dar una explicación mezquina y falsa a hechos de tal magnitud.

Más adelante dice “Todo autor de un golpe de Estado debe prever dos posibles salidas: si tiene éxito inmediato y por sorpresa, el único problema a resolver radica en dispersar a los escasos adversarios, que no son ya en ese momento más que proscritos. Es éste un simple asunto de buena policía. Si, por el contrario, la primera acción encuentra un obstáculo imprevisto, si es abortada, conviene transformar entonces el golpe de fuerza en guerra civil, presentar batalla en todos los terrenos, considerar como enemiga a toda fracción del territorio nacional que ofrezca resistencia”.

Título II: El golpe de estado permanente

Consta de quince apartados. En el primer párrafo encontramos lo siguiente: “De Gaulle ocupa el poder porque lo ha deseado ardientemente, porque ha ido, pacientemente, acercándose a él hasta apropiárselo hábil y audazmente”.

Entre el 13 de mayo y el 3 de junio de 1958, el general De Gaulle ha logrado un primer golpe de Estado. Tras haber inspirado una conjura política y haber explotado una sedición militar, derribo el orden establecido de la IV república.

*El autor es catedrático universitario.-

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